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"Esos locos de la mountain bike"
Hace tiempo vi un vídeo que me hizo reflexionar de las locuras que hacemos tanto para andar como andando en bici.
Después de una prueba como ésta y lo que además del esfuerzo en sí nos supone, no tengo más remedio que darles la razón.
Y es que cuando una crónica se hace en frío te das cuenta de las locuras que realizamos, me explico:
Esta prueba se celebra en Petilla de Aragón, que a modo de cultura sirva para decir que es como un condado en Navarra que pertenece a la provincia de Huesca, además allí nació Ramón y Cajal.
Pues bien, debido a las distancias y a que la salida era a las 7:30, tuvimos que ir desde el día anterior.
Como no anduvimos muy listos a la hora de buscar alojamiento, cogimos en Uncastillo, a unos 25 km, pero que por las dificultades del terreno estaba a 45 minutos en coche.
Dicho esto, el día de la prueba nos levantamos a las 5:30 h, desayunamos yo una magdalena y Ritxar un plátano, y es que en Uncastillo a esa hora estaba todo cerrado y en Petilla creo que no hay bares.
Pues nada, llegamos a Petilla pero 2 km antes hay que dejar el coche, cambiarte, coger la bici y la mochila para luego ducharte y subirte 2 km de puerto con ella a cuestas hasta el pueblo. Allí nos la guardan en una consigna.
A las 7:30 h nos ponemos en marcha los de la Ultramaratón y los de la Maratón, subiendo desde el principio. Nos han dicho que la segunda subida la hacemos por carretera, unos 9 km, por el mal estado del terreno debido a las lluvias de los días previos. Deseando que llegue el primer avituallamiento vamos haciendo km pese a nuestro estado de ayuno. La marcha va bien pero sobre el km 50 nos cae la primera tormenta de la jornada. Da igual el chubasquero, porque el agua te entra por todos los sitios. Parece que para pero no es más que una ilusión y así se sucede durante el resto de la marcha. Pensamos en atajar con los de la media maratón pero no hay atajo posible desde donde estamos, así que no queda más remedio que completar la prueba.
Al final los últimos km se nos dan mejor de lo que esperábamos y en 6 h en movimiento o casi 7 en total nos presentamos en Petilla.
Menos mal que nos han quitado unos km y algo de subida.
Nuestros nombres suenan por megafonía y jubilosos cruzamos la línea de meta.
Por fin una grande terminada y es que últimamente la retirada había sido la tónica.
Decidimos ducharnos primero porque estamos empapados.
En el pueblo no hay polideportivo y tenemos curiosidad por cómo serán las duchas. No es por criticar a la organización sino por justificar la entrada de esta crónica, las duchas consiste en una caseta de feria tipo hospital de campaña, con cuatro mangueras colgando y 2 bancos incorporados. Cuando lo piensas ahora te das cuenta que si te pagaran por ello no lo harías.
Después de ducharnos, o mejor dicho, quitarnos el barro con agua fría, nos sentamos en el pórtico de la plaza, al aire libre, con el viento soplando y la lluvia mojándonos, dando cuenta de una ensalada de pasta y un pincho de tortilla, yogur incluido. Algo caliente la verdad es que se echaba de menos.
El pre y el post de la prueba sí que fue, por lo menos para mí, más duro que la propia prueba.
Y es que después de comer, y sin parar de llover, tenemos que coger las mochilas, ponernos la toalla encima, subirnos a la bici y bajar por carretera los 2 km hasta donde habíamos dejado el coche, en una finca, que ahora era un pastizal. Vuélvete a cambiar de ropa porque estás de nuevo calado y menos mal que pudimos sacar el coche, porque creo que después mucha gente precisó de ayuda por el barrizal que se había formado.
Ahora entiendo ese vídeo de "esos locos de la mountain bike".
De todas maneras tengo que decir que el recorrido es precioso, 100 % ciclable, muy bien señalizado, avituallamientos estupendos.
Agradecer a la organización y sobre todo a esos voluntarios que estaban en todos los cruces, que se mojaban igual que nosotros, y no paraban de animarnos.
GRACIAS A TOD@S.
Qué preciosidad de bosque!
